Diego Hernández Torres (Quart De Poblet, 1998) cursó sus estudios superiores de trompeta en el Conservatorio Superior de Música de Castellón y el Koninklijk Conservatorium Brussels. Tras su paso, en condición de academista, por las dos principales orquestas belgas —Orchestre Symphonique de la Monnaie y Orchestre national de Belgique— y después de una estancia temporal en Brussels Philharmonic, obtuvo la plaza de trompeta solista de la Ópera Royal de Wallonie-Liège. Tenía entonces tan solo 26 años.
Apenas han pasado unos meses desde que conseguiste la plaza de trompeta co-solista en la Ópera Royal de Wallonie-Liège. ¿Cómo ha cambiado tu vida desde entonces?
Realmente, nada cambia. Es un sueño que he podido llegar a cumplir, pero sigo estudiando de la misma manera que antes para intentar mejorar cada día como músico y como persona. Eso sí, ahora la gente se interesa más por mí y tengo un trabajo fijo —lo cual es hoy en día de gran ayuda—. En definitiva, sigo siendo la misma persona de siempre.
¿Qué aspectos han influido de manera más determinante en tu camino hasta convertirte en un músico profesional?
Si tuviera que elegir, diría que haber salido fuera de mi zona de «confort». Marcharme a continuar mis estudios a un país extranjero junto a músicos de alto nivel hizo que abriera bastante los ojos, musicalmente hablando. Tuve la suerte de incorporarme, como academista, a la Ópera Real de La Monnaie (la Ópera Nacional de Bélgica, en Bruselas) y la Orquesta Nacional de Bélgica en 2019. Fue entonces cuando empecé a ver cómo funciona una orquesta y una ópera en el ámbito profesional. A raíz de esa experiencia empezaron a surgir oportunidades de trabajo con otras orquestas con las que poder aprender cada vez más acerca de esta profesión.
Obviamente, durante todo este proceso conté con la guía de mis profesores, Vicente Campos y Manu Mellaerts, quienes me aconsejaron en todo momento. De hecho, me siguen aconsejando lo mejor que pueden.
¿Qué significa para ti actuar y enseñar en el contexto del XI Numskull Brass Festival Caudete?
Después de haber participado durante tres ediciones como voluntario del festival, es otro sueño cumplido poder regresar al mismo como profesor, siendo uno de los festivales más grandes del mundo para instrumentos de viento metal, acompañado de profesores de talla mundial y en un pueblo con el cual tengo bastante relación. Además, poder actuar como solista es una cosa que ansías desde pequeño. Por todo ello me siento muy emocionado, ilusionado y agradecido con Numskull Brass Festival Caudete por contar conmigo para su XI edición.
”«Regresar al festival como profesor es un sueño cumplido».
¿Qué podemos esperar de Diego Hernández durante los próximos años?
No se lo que me deparará el futuro. Lo que puedo garantizar es que intentaré seguir mejorando y que estoy muy motivado para seguir estudiando. Hay algunos proyectos en Bélgica que pueden salir a la luz pronto, pero no hay nada definitivo.
Ahora, obviamente me encantaría estar más cerca de mi familia. Estoy muy a gusto donde estoy porque es una gran familia, pero lo de volver a casa, como bien se sabe, no depende solamente de mí, sino de las plazas que se oferten en los próximos años.
¿Qué consejo darías a los estudiantes de trompeta que aspiran a convertirse en músicos profesionales?
Les diría que abran los oídos y la mente. Y, si tomamos en cuenta ese matiz final —músicos profesionales, no trompetistas—, lo más importante es valorar, respetar y disfrutar mucho la música. Hacer 48.000 notas está muy bien, pero poder disfrutar de la música y contribuir a un arte tan bonito como este es algo que siempre debemos tener en cuenta. Nutrirse estilísticamente y saber diferenciar los estilos es para mí un aspecto esencial para poder llegar a ser músico profesional.